martes, 4 de noviembre de 2014

JAMAS TE OLVIDARE




Eran las 4:40 AM ella en la cama aún, fría más que nunca, él le tomo la mano suavemente, como a ella le gustaba que lo hiciera cuando eran novios, la acaricio, rozó su dedo índice de la mano derecha sobre su frente delicadamente, luego, le dio un beso en la frente, soltó su mano, la cubrió con la sábana y simplemente le dijo ADIÓS, JAMAS TE OLVIDARE!
Nunca nadie le explicó que las relaciones entre las personas tienen un inicio y un final, nadie le aclaró que tarde o temprano uno de los dos debería dejar al otro de alguna manera, pues, a él le toco ver como ella le dejaba, cuando fue suficiente decidió irse de esa habitación con la convicción que ella no regresará, pero su amor continuará allí para siempre.
Cuatro meses antes, cuando ella le confesó que durante los últimos tres años, mientras él salía a trabajar, ella salía a verse con un tipo, pero que durante los últimos seis meses había sido él quien llegaba a verla a su casa, él no soportó lo impactante de la noticia, fue demasiado duro para su corazón, comenzó un proceso depresivo, se hundió en el alcohol, pero jamás la abandonó, y por primera vez agradeció a Dios que durante los casi treinta años de casados ella jamás había logrado concebir, no tendría heredero alguno.
Y cuando más destruido estaba, recibió la llamada crucial, era el tipo que por años había visto a su esposa mientras él trabajaba, la llamada fue escueta, nada dramática: “SR. LE SALUDA EL Dr. URQUILLA, EN ESTE MOMENTO ESTAMOS DÁNDOLE INGRESO A SU ESPOSA EN EL HOSPITAL, Y NECESITAMOS QUE SE PRESENTE DE INMEDIATO.”
Su cuerpo se enfrió por completo, absorbió todo el calor que el alcohol podría haberle generado, esto no pintaba bien.
Cuando llegó al hospital estaba ella allí, con su cuerpo esquelético, sin cabello, los ojos hundidos, la piel pálida y una sonrisa montada.
“Amor, gracias por venir, sabes que necesito que me traigas algunas cosas”. Pues, en la mañana, cuando salió a trabajar si la notó muy débil, pero no pensó hasta qué punto.
Se acercó al Dr. E intentando guardar la calma solamente le dijo: “GRACAIS POR TODO LO QUE HACE POR ELLA, PUEDE DECIRME QUE EXACTAMENTE ESTÁ SUCEDIENDO?”.
El Dr. Urquilla, profesional con una larga trayectoria, era un Oncólogo respetado, y, si durante casi año y medio había asistido a su casa a atender a su esposa únicamente era producto que era amigo de la infancia del padre de ella.
Los profesionales de la medicina dan al resto del mundo una idea como que dejaran la sensibilidad en los últimos semestres de la universidad, y así dio la sentencia: “SU ESPOSA HA DESARROLLADO UN CANCER DE COLOM QUE LAMENTABLEMENTE NO HEMOS CONTROLADO, SE HA CONTAMINADO PRÁCTICAMENTE TODOS LOS ORGANOS INTERNOS, AHORA SOLAMENTE NOS QUEDA ESPERAR O UN MILAGRO, O QUE SU CORAZÓN DESIDA DARSE POR VENCIDO.”
Él no podía creer lo que estaba oyendo, sabía que su esposa estaba enferma, pero no tenía idea de la gravedad de la situación.
Regresó al lado de ella, le habló al oído, le dijo que le amaba y que todo saldría bien.
Cuando eran casi las tres de la madrugada ella le apretó la mano, o mejor dicho, intento apretarle la mano, y con gran dificultad le dijo: “TOMA MI ANILLO, LLEVALO A MI HERMANA, QUE SE LO DE A MI SOBRINA PARA QUE LO USE AL CASARSE, LUEGO, LO MAS VALIOSO QUE ME QUEDA ES EL CORAZÓN, PERO ESE YA LO TENES VOS, NO TENGO QUE HEREDÁRTELO, TE AME SIEMPRE!”

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